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ST 6.1 –
Protección radiológica de Trabajadores I (orientada a la industria)
ASPECTOS DE SEGURIDAD EN EL DISEÑO DE LA FACIRI
Novara, O.A. *, Coppo, M.; Ratner, O.; Beuter, C.; Bastida, V.
Rojas, Luppi; Flores, M.
Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Argentina.
* Autor responsable, email: novara@cnea.gov.ar
Recientemente, la CNEA puso en marcha la Facilidad de Almacenamiento de Combustibles
Irradiados de Reactores de Investigación (FACIRI) para almacenar interinamente bajo agua los
combustibles gastados definitivamente descargados del reactor. Para que el almacenamiento
sea seguro, se debe mantener la subcriticidad, contener el material radiactivo y proveer
protección a la radiación. Los cálculos de subcriticidad se efectuaron suponiendo la capacidad
colmada en condiciones hipotéticas adversas, por ejemplo, suponiendo que los combustibles
mantenían la carga inicial de U-235. El valor máximo de Kef fue 0,72. La instalación está
preparada para mantener el agua de las piletas con alto nivel de pureza. Con ello, se minimiza
los procesos de corrosión y se logra mantener íntegro el envainado del elemento combustible.
Además, las fosas de las piletas están recubiertas con dos camisas de acero inoxidable que
confieren sendas barreras de contención adicionales. El confinamiento dinámico se obtiene
mediante dos sistemas de ventilación: la ventilación general, que mantiene la depresión de aire
de los locales respecto del exterior, y la extracción de piletas, ejercida en la cámara de aire
entre el espejo de agua y las tapas de las piletas asegurando la retención inmediata de
partículas activas en un hipotético escenario de liberación. El blindaje biológico está provisto
por la estructura de hormigón en la que se encuentran embutidas las piletas y por la columna
3,5 m de agua entre las canastas de almacenamiento y la superficie. Considerando la
capacidad de almacenamiento colmada, cálculos conservativos dieron valores de 30 µSv/h en
el borde de la pileta. El combustible ingresa en un contenedor blindado que se maniobra para
descargar aquél en la pileta. Hasta ahora, esta operación es la única que ha aportado a la
dosis. Sin embargo, el ingreso de los primeros veinte combustibles representó una dosis
colectiva H*(10) de solo 548 µSv.